viernes, 3 de septiembre de 2010

Ella

Nació la primera, a las 4 de la tarde, el martes 17 de junio del 2008. Fué cesárea y con la sábana no veía nada, su padre fué el primero en verla salir (después del ginecólogo) y lo que atinó a decir fué "es chulísima". Y lo era, y lo es, como una muñequita, tan pequeñita, 2,5 kg de peso, pero es lo que tienen las cesáreas, en seguida se la llevaron. Esa imagen fué un segundo, pero no la olvidaré en la vida.
La volví a los minutos, solo la carita, toda envueltecita, en brazos de su padre, que en el futuro no parará de decir que fuiste a él al primero que viste, que cuando te iban a lavar y examinar te tenía en brazos y abriste por primera vez los ojos, y lo miraste, quizás por eso es a tu padre a quien dedicas tus besos espontáneos y con quien te tiras todo tiempo que puedes abrazada. Sí, has salido un poco padrerilla.
Somos lo que somos y como somos desde que nacemos, no sé lo que pasará en el futuro, pero por ahora sigues esa relga. Eres tranquila, relajada, al mirarte solo se veía paz. Todo te lo has tomado con tranquilidad,  el sueño, la comida, sonreir, los 5 lobitos...hasta que empezaste a ser la primera en andar, levantarte sola, te las ingeniabas para conseguir lo que querías, es como si todo lo meditaras, calcularas y decidieras.
Al principio me preocupaba que fueras tan tímida, pero ese es tu encanto, y no solo ese, no pides cariño, tu no pides un abrazo, lo das, repartes amor y esa paz de recien nacida. Besas, abrazas y acarícias. Te me acercas y me acarícias la pierna, el brazo, me miras con una sonrisa y con esa voz dulce me dices "hola". Me derrito una y otra vez.
 De tu mal genio ya hablaremos otro día,

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